Declaraciones Juradas

1.- Carmen Luz Tasso Clímaco. (Declaración jurada del 18 de agosto de 1997)

2.- Esther Tasso Clímaco. (Declaración jurada del 14 de octubre de 1997)

3.- Juan Sicha Cisneros. (Declaración jurada del 30 de abril de 1998)

4.- Enrique Javier del Pino León. (Declaración jurada del 5 de mayo de 1998)

5.- Luis Hidalgo León. (Declaración jurada del 5 de junio de 1999)

Yo, Carmen Luz Tasso Clímaco de 56 años de edad, enfermera, con L.E. 07535429, con domicilio en la Av. La Paz N° 2337, interior C-1, Distrito de San Miguel, Lima, bajo juramento declaro que:

1. En el mes de agosto de 1976 por información de los hermanos Humberto Hidalgo León y Ernesto Facho Castro, me dirigí a la dirección de Francisco Lazo 1939, interior J, distrito de Lince, Lima, casa de la propiedad del hermano Antonio Córdova Quezada y su esposa Olinda Córdova Valverde, con la inquietud de conocer al hermano Luis Antonio Soto Romero, quien desde el primer momento que llegué me mostró su grandiosa obra que Él llamó los Divinos Rollos del Cordero de Dios; tal cual está escrito en las Sagradas Escrituras, Libro del Apocalipsis Capítulo 5, el Rollo y el Cordero. Quedé muy impresionada con los hermosos dibujos a colores y la gran cantidad de Rollos ya escritos. Me explicaba que Él no se mandaba solo; que recibía comunicación permanente del Divino Padre Jehova, que me explicó es la escritura con la simultánea visión de las escenas a colores. Al escuchar su maravillosa exposición sentí una profunda emoción que se expandía dentro de mí por efecto de su humildad, sencillez, infinita sabiduría y su espíritu de niño lo que me motivó a asistir diariamente, al término de mi trabajo. El hermano Luis Antonio Soto Romero llevaba siempre un corderito de plata sobre su prenda de vestir, prendido a la altura del corazón y me hizo saber que, en el futuro, toda la humanidad lo llevaría como símbolo de arrepentimiento.

2. Después de haber escuchado sus maravillosas conferencias por algo más de treinta días, llegué a la conclusión de que el contenido de la Doctrina del Cordero de Dios no era producto de la inteligencia humana sino una Ciencia Divina dictada telepáticamente por nuestro Divino Padre Jehova a su Enviado Luis Antonio Soto Romero y, a partir de setiembre de ese mismo año me alojé em casa del hermano Antonio Córdova Quesada, teniendo así la oportunidad de estar más cerca al Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero hasta su fallecimiento el 2 de octubre de 1978. Diariamente lo veía escribir, dibujar y colorear el contenido de los Divinos Rollos del Cordero de Dios, utilizando papel canso y cuando enfermó, en algunas ocasiones, me desempeñé como su enfermera, incluso durante su internamiento en el Hospital Cayetano Heredia, donde yo trabajaba y, donde tuve oportunidad de alternar más de cerca con el hermano Ricardo Flores Herrera quien era amigo muy querido del Divino Enviado ya que en Él depositaba toda su confianza y era quien se preocupaba de su salud, de su permanencia en el Perú y de que no le hiciera falta ningún elemento que comprometiera el éxito de su divina misión.

3. Aproximadamente 30 días antes del fallecimiento de nuestro Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero y estando reunido con el hermano Ricardo Flores Herrera y los esposos Antonio Córdova Quezada y su esposa Olinda Córdova Valverde, se dirigió al hermano Ricardo Flores Herrera diciendo ¡Hermano Ricardo, El Padre dice que Ud. se encargará de los Divinos Rollos del Cordero de Dios! Y preguntó ¿Desea que le firme un papel? A lo que el hermano Ricardo Flores Herrera respondió: Hermanito, no creo que sea necesario además aquí están como testigos los hermanos Antonio Córdova Quezada y Olinda Córdova Valverde. Esta misma conversación, por encontrarse muy cerca, fue escuchada también por los hermanos Juan Sicha Cisneros, Javier del Pino León y Ernesto Facho Castro; luego, los hermanos Antonio Córdova Quezada y Olinda Córdova Valverde comunicaron a todos los hermanos la orden de nuestro Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero, que todos aceptamos.

4. Después del fallecimiento de nuestro Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero, el hermano Ricardo Flores Herrera se mantuvo en estrecha comunicación con la familia Córdova y todos los hermanos que estuvimos al lado de nuestro Divino Maestro y con varios días de anticipación nos comunicó que el sábado 18 de noviembre de 1,978, a las once de la mañana, recogerá los Divinos Rollos del Cordero de Dios, los Divinos Títulos y todo por insignificante que fuera perteneció al Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero, actitud que todos aceptamos. Dos o tres días antes al 18 de noviembre de 1978, el hermano Antonio Córdova Quezada me citó a una reunión urgente en su casa para el día viernes 17 de noviembre de 1978, en horas de la mañana, reunión a la que asistí, en la cual se encontraban presentes los hermanos Antonio Córdova Quezada y Olinda Córdova Valverde, José Córdova Córdova, Jorge Córdova Córdova, Gregorio Córdova Padilla, Enrique Javier del Pino León, Luis Humberto Hidalgo León, Ernesto Facho Castro, Juan Sicha Cisneros, Zoila Rosa Ramírez Hernández y Esther Tasso Clímaco. No fueron invitados los hermanos Ricardo Flores Herrera, Susana Rosas Díaz, Olga León de Pastor y Flori Torres Guerra. El hermano Antonio Córdova Quezada inició la reunión invitando a su esposa Olinda Córdova Valverde para que relatara el sueño que había tenido y ella, entre sollozos y derramando abundantes lágrimas, dijo: Hermanos, he tenido un sueño en el cual he escuchado la voz del Padre que me dijo no entregar los Divinos Rollos del Cordero de Dios al hermano Ricardo Flores Herrera y también he tenido una visión en la que vi en N° 666, de color negro, pintado en la puerta del local que el hermano Ricardo Flores Herrera ha alquilado para depositar los Divinos Rollos del Cordero de Dios y muy afligida nos pidió el apoyo de todos los hermanos que estábamos presentes para que no se entreguen los Divinos Rollos del Cordero de Dios, lo que todos los asistentes nos comprometimos apoyar.

5. El día sábado 18 de noviembre de 1978, a las once de la mañana, el hermano Ricardo Flores Herrera, en compañía de las hermanas Flori Torres Guerra y Olga León de Pastor, se apersonó a la casa de la familia Córdova y fue el hermano Antonio Córdova Quezada, con el apoyo y la presencia de todos los hermanos mencionados en el acápite inmediato anterior, quien se negó definitivamente a entregar los Divinos Rollos del Cordero de Dios, los Divinos Títulos y todas las pertenencias del Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero, pese a la insistencia del hermano Ricardo Flores Herrera y de las dos hermanas que en ese acto lo acompañaban.

6. Posteriormente la hermana Olinda Córdova Valverde me confesó que el sueño y la visión que nos había relatado el 17 de noviembre de 1978 fue solo un invento de ella en coordinación con su esposo Antonio Córdova Quezada para que los divinos Rollos del Cordero de Dios se quedaran en poder de su esposo Antonio Córdova Quezada porque, según ella, allí había mucho dinero para todos. Esta inesperada confesión se la hermana Olinda Córdova Valverde me turbó llenándome de angustia y desconsuelo por la forma totalmente despreciable como habíamos sido maliciosa y perversamente engañados y, de inmediato, se lo comuniqué a todos los hermanos que fuimos usados con la más cruel maldad.

7. Ahora expreso mi inmenso pesar por la actitud que nos llevaron a tomar los esposos Antonio Córdova Quezada y Olinda Córdova Valverde y, profundamente arrepentida, exijo cumplir con la divina orden de nuestro Enviado Luis Antonio Soto Romero de entregar, los divinos Títulos y todas sus pertenencias que abusivamente mantiene en su poder el hermano Antonio Córdova Quezada.

Lima, 18 de agosto de 1997

Carmen Luz Tasso Clímaco

L.E. 07535429


Yo, Esther Tasso Clímaco, de 42 años de edad, con domicilio en el jirón San Carlos N° 518, 3er. piso N° 11, Surquillo, Lima, L.E. N° 07775740; declaro bajo juramento que:

En el mes de Agosto de 1976 fui con mi hermana Carmen Luz Tasso Clímaco a conocer al hermano Luis Antonio Soto Romero que, transitoriamente, se encontraba alojado en el Jirón Francisco Lazo N° 1939, interior J, distrito de Lince, Lima, casa de propiedad del hermano Antonio Córdova Quezada donde habitaba con su esposa Olinda Córdova Valverde, José y Jorge Córdova Córdova; mi primera impresión fue de gran impacto espiritual que me hizo sentir que estaba frente a un hermano de grandiosa y profunda espiritualidad que fue creciendo en la medida que nos exponía y explicaba el contenido de los Rollos del Cordero de Dios y que me llevó, al final de su exposición, al convencimiento que me encontraba frente al divino Enviado de nuestro divino Padre Jehova, como está escrito en las Sagradas Escrituras, Apocalipsis 5. El Rollo y el Cordero.

Desde que lo conocí asistí diariamente a escuchar sus sabias enseñanzas que confirmaban, cada vez más, que me encontraba frente al Hijo de Dios. Tuve la oportunidad de verlo escribir, dibujar y pintar los divinos Rollos del Cordero de Dios, utilizando papel canson de aproximadamente 1.10 mt. de largo por 0.85 mts. de ancho, que según explicaba, le eran dictados por el Divino Padre Eterno, mediante la divina Telepatía Viviente, que es la escritura con la simultánea visión de las escenas a colores; también me hizo saber que ya había escrito 4000 divinos rollos y 10000 títulos u Órdenes Telepáticas dictados por el divino Padre Eterno, que todos estos escritos serán impresos en libros en todos los idiomas del planeta Tierra, con el seudónimo de Alfa y Omega y el símbolo del Corderito, semejante al Corderito de plata que el divino hermano Luis Antonio Soto Romero llevaba prendido a la altura del corazón y que muchos hermanos estudiosos vendrán en busca de este Divino Conocimiento o Doctrina del Cordero de Dios o Divina Revelación o Divina Ciencia Celeste, que se disputarán en ser los primeros en publicarlos, ya que nadie es único.

En la primera visita que hice al hermano Luis Antonio Soto Romero, en compañía de mi hermana Carmen Luz Tasso Clímaco, entre otros hermanos que estaban presentes, conocí al hermano Ricardo Flores Herrera, que durante todo el tiempo que asistí a recibir las divinas enseñanzas de nuestro Divino Enviado, diariamente estaba a su lado el hermano Ricardo Flores Herrera y salían juntos a las siete de la noche. Nuestro Divino Enviado nos hizo saber que el hermano Ricardo Flores Herrera había pedido al Divino Padre Eterno, estar a su lado durante su permanencia en Lima. En abril de 1978 nuestro divino Enviado Luis Antonio Soto Romero empezó a sentir resquebrajamiento de su salud y su dolencia fue agravándose y es así como a principios del mes de Setiembre de ese mismo año, el hermano Enrique Javier del Pino León me hizo saber que estando en la casa del hermano Antonio Córdova Quezada escuchó el momento en que nuestro Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero, en presencia del hermano Antonio Córdova Quezada y su esposa Olinda Córdova Valverde, se dirigió al hermano Ricardo Flores Herrera, diciendo: hermano Ricardo, el Divino Padre Eterno dice que Ud. se encargará de los divinos Rollos ¿quiere que le firme un papel? a lo que el hermano Ricardo, respondió: Hermanito, no creo que sea necesario, pues, aquí están como testigos los hermanos Antonio Córdova Quezada y Olinda Córdova Valverde.

Después del 2 de Octubre de 1978, fecha en que falleciera nuestro Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero, el hermano Ricardo Flores Herrera nos hizo saber que el día 18 de Noviembre, de ese mismo año, recogerá los divinos Rollos del Cordero de Dios, los divinos Títulos y todo por insignificante que fuera perteneció a nuestro divino hermano Luis Antonio Soto Romero y, fue en estas circunstancias que fui convocada por el hermano Antonio Córdova Quezada por intermedio de su esposa Olinda que me llamó telefónicamente para que asistiera a una urgente reunión en su casa el día 17 de Noviembre de 1978 a las diez de la mañana, cita a la que concurrí muy preocupada por la urgencia con que había sido citada. En esta reunión a la que asistieron el hermano Antonio Córdova Quezada, Olinda Córdova Valverde, José y Jorge Córdova Córdova, Gregorio Córdova Padilla, Juan Sicha Cisneros, Rosa de Sicha, Enrique Javier del Pino León, Luis Humberto Hidalgo León, Ernesto Facho Castro, Carmen Luz Tasso Clímaco; no asistieron, por no haber sido citados los hermanos Ricardo Flores Herrera, Susana Rosas Díaz, Olga León de Pastor y Flori Torres Guerra. El hermano Antonio Córdova Quezada inició la reunión informando que nos había convocado con urgencia porque su esposa Olinda Córdova Valverde había tenido un sueño muy importante y le pidió a ella misma lo relatara. La hermana Olinda Córdova Valverde nos hizo saber que en su sueño se le apareció un ángel y que a su vez escuchó la voz de nuestro Divino Padre que le decía NO ENTREGAR LOS DIVINOS ROLLOS al hermano Ricardo Flores Herrera, que en el local que había alquilado el hermano Ricardo Flores Herrera tiene el sello de la bestia 666 que está pintado de color negro, que significa tinieblas; todo este relato lo hizo sollozando, derramando abundantes lágrimas y nos pidió toda la familia Córdova Quezada que los apoyáramos para que los Divinos Rollos del Cordero de Dios y los Divinos Títulos no salgan de su casa ni se entreguen al hermano Ricardo Flores Herrera a lo que nosotros muy impactados y conmovidos por el llanto y los argumentos de la familia Córdova Quezada, tomamos la decisión de apoyarlos y así sucedió. Posteriormente, mi hermana Carmen Luz Tasso Clímaco me informó que la hermana Olinda Córdova Valverde le había confesado que el sueño, visión y palabras que nos dijo haber escuchado del Divino Padre, fue solo una gran mentira inventada por ella para que su esposo Antonio Córdova Quezada se hiciera dueño de los Divinos Rollos del Cordero de Dios, de los Divinos Títulos y de todas las pertenencias del Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero, ya que con todo ello habría mucho dinero para todos.

Al firmar esta Declaración Jurada, expreso mi más profundo arrepentimiento por no haber dado, oportunamente, preferencia al mandato de nuestro divino Enviado Luis Antonio Soto Romero para que los divinos Rollos del Cordero de Dios queden en poder del hermano Ricardo Flores Herrera.

Lima, 14 de Octubre de 1997.

Esther Tasso Clímaco

L.E. 07775740


Yo, Juan Sicha Cisneros, de 48 años, con L.E. N° 08807068, con domicilio en Mz. F-1, Lote 17, Sector 2. Urbanización Los Próceres, Surco, Lima, bajo juramento declaro que:

En junio de 1977, en mi centro de trabajo, fui informado por el hermano Ernesto Facho Castro de la presencia en Lima del hermano Luis Antonio Soto Romero que se encontraba, en ese momento, alojado en casa de la familia del hermano Antonio Córdova Quezada, en la Av. Francisco Lazo -J- Lince, quien hablaba con Dios y explicaba el origen de todas las cosas.

Más o menos, una semana después me constituí en la dirección antes citada y allí conocí personalmente al hermano Luis Antonio Soto Romero, quien inmediatamente me impresionó por su humildad, sencillez y su psicología de niño, a la vez que, sabía de memoria las Sagradas Escrituras; escuché sabiduría en gran manera, pues, explicaba con gran profundidad el origen y destino de todas las cosas y, en especial, todo sobre el divino Juicio Final. El hermano Luis Antonio Soto Romero me mostró los Rollos del Cordero de Dios y me hizo saber que su contenido le era dictado por el divino Padre Jehova, mediante telepatía viviente y que estos manuscritos se publicaran en libros, en todos los idiomas, con el seudónimo de Alfa y Omega. Me hizo saber que había escrito, dibujado y pintado ya 4000 Rollos y que muchos buscadores de la verdad los publicaran universalmente, porque nadie es único, y, que todas las religiones desaparecerían de la faz de la Tierra.

Yo, soy un estudioso profundo de esta Divina Doctrina contenida en los Divinos Rollos del Cordero de Dios y, como tal, reconozco que el hermano Luis Antonio Soto Romero es el Enviado del Divino Padre Jehova, como está escrito en las Sagradas Escrituras, Libro Apocalipsis, Cap. 5. El Rollo y el Cordero; como escrito está que la Verdad llegaría por sorpresa, como la sorpresa que causa un ladrón de noche.

Desde que conocí al Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero y hasta su fallecimiento, diariamente, a partir de las 18 horas siempre estuve a su lado y escuché que nos advertía: ¡Quieren robarme los rollos!… ¡Se deben defender los divinos derechos del Divino Padre Jehova por sobre todas las cosas! Esta Divina advertencia quedó consumada después del fallecimiento del Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero al apoderarse el hermano Antonio Córdova Quezada rapazmente de los Divinos Rollos del Cordero de Dios, los Divinos Títulos y de todas sus pertenencias, privando así a toda la humanidad de SALVAR SUS ALMAS. Esta malvada situación no se hubiera producido si el hermano Antonio Córdova Quezada, su esposa Olinda Córdova Valverde y sus familiares hubieran cumplido con el Divino Mandato de nuestro Divino Padre Jehova de hacer la entrega de todo ello al hermano Ricardo Flores Herrera.

Debo dejar expresa constancia que escuché cuando el Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero se dirigió al hermano Ricardo Flores Herrera en presencia del hermano Antonio Córdova Quezada y su esposa Olinda Córdova Valverde diciendo: ¡Hermano Ricardo, el Divino Padre dice que Usted se encargará de los divinos Rollos! ¿Quiere que le firme un papel? A lo que el hermano Ricardo respondió: No creo que sea necesario, además aquí están como testigos el hermano Antonio Córdova Quezada y la hermana Olinda Córdova Valverde.

También, en honor a la verdad, afirmo que fueron los hermanos Antonio Córdova Quezada y Olinda Córdova Valverde quienes urdieron un malévolo plan para impresionarnos, pues, fue la hermana Olinda Córdova Valverde entre llanto y sollozos quien nos relató su falso sueño para así comprometerme y comprometer a otros hermanos para apoyarlos a NO CUMPLIR con el Divino Mandato de nuestro Divino Padre Jehova quien había ordenado, por intermedio de su Divino Hijo Luis Antonio Soto Romero, entregar al hermano Ricardo Flores Herrera los Divinos Rollos del Cordero de Dios, los Divinos Títulos y todo por insignificante que fuera perteneciera a su Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero.

Jamás olvidaré aquel día en que fui víctima de tal monstruoso engaño que, muy pronto, se verá en el Divino Juicio Final.

Lima dieciséis de Octubre de mil novecientos noventa y siete

Juan Sicha Cisneros

L. E. N° 08807068


Yo, Enrique Javier del Pino León, de 37 años de edad, con L.E. N° 07775359, domiciliado en la calle San Carlos N° 518, 3er. piso departamento 11, Surquillo, Lima; bajo juramento declaro que:

Por un diario de esta Capital, en junio de 1976, me enteré que un telépata que recibía comunicaciones del divino Padre Eterno se encontraba en la dirección de la calle Francisco Lazo 1939, letra J, Lince, y, en compañía del hermano Ernesto Facho Castro, nos constituimos en la mencionada dirección que resultó ser la casa de la familia del hermano Antonio Córdova Quezada, donde estaba alojado, temporalmente, el hermano Luis Antonio Soto Romero quien, a primera vista, nos impresionó como una persona llena de amabilidad, sencillez, alegría, que irradiaba muchísima espiritualidad por su profunda sabiduría que pudimos advertir en el curso de la amplísima explicación que nos hizo al mostrarnos los Rollos del Cordero de Dios.

Desde la fecha en que lo conocí, inmediatamente, asistí a escuchar y leer sus enseñanzas sobre la Doctrina del Cordero de Dios, llamada también Ciencia Celeste, Divina Revelación o Tercera Doctrina Planetaria, lo que me llevó a estar convencido que no estaba frente a un conocimiento producto del ingenio humano sino, verdaderamente, frente a una Ciencia Celeste, dictada telepáticamente por nuestro Divino Padre Jehova a su Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero que escribía, dibujaba y pintaba utilizando papel canson de más o menos 1.10 mts. de largo por 0.90 mts. de ancho el contenido de los Divinos Rollos del Cordero de Dios, que nos dijo se publicarán en todos los idiomas del planeta Tierra por muchísimos hermanos buscadores que vendrán deseosos de ilustrarse y de hacer conocer, mediante sus publicaciones, esta Divina Ciencia, con el seudónimo de Alfa y Omega, porque nadie es único y todos tienen iguales derechos delante de Dios.

En ese entonces conocí al hermano Ricardo Flores Herrera, quien tenía una especial y estrecha amistad con el Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero, salían diariamente entre las 19 y 23 horas porque yo, los veía tanto al salir como al retornar, en razón de que me encontraba juntamente con otros hermanos, en casa del hermano Antonio Córdova Quezada investigando esta maravillosa Ciencia.

En los primeros meses del año 1978, el Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero comenzó a sufrir una dolencia que fue agravándose y, es así, como en el mes de setiembre del mismo año en circunstancias que, junto con los hermanos Juan Sicha Cisneros y Ernesto Facho Castro, nos encontramos inmediatos a la habitación en que estaban el Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero, los hermanos Ricardo Flores Herrera, Antonio Córdova Quezada y Olinda Córdova Valverde, pudimos escuchar cuando el Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero se dirigió al hermano Ricardo Flores Herrera, diciendo: ¡Hermano Ricardo! El Padre dice que usted se encargará de los Rollos del Cordero de Dios; a lo que agregó ¿Quiere que le firme un papel?; el hermano Ricardo contestó: No creo que sea necesario, además, están aquí como testigos el hermano Antonio Córdova Quezada y su esposa Olinda Córdova Valverde; conversación que momentos después confirmaron los hermanos Antonio Córdova Quezada y Olinda Córdova Valverde al comunicar muy sorprendidos a todos los demás hermanos la determinación tomada por el Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero y que todos dimos por aceptada.

Después del fallecimiento del Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero, producido el 02 de Octubre de 1978, el hermano Ricardo Flores Herrera, con una semana de anticipación, personalmente nos hizo saber que el día sábado 18 de Noviembre de 1978, a las once de la mañana, vendría a recoger de la casa del hermano Antonio Córdova Quezada los Divinos Rollos del Cordero de Dios, los Divinos Títulos y todo por insignificante que fuera perteneció al Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero, actitud que todos aprobamos, pero, fue en el curso de esta semana en momentos que me dirigía a mi domicilio, el hermano Antonio Córdova Quezada me abordó para invitarme a una urgente reunión para el día viernes 17 de noviembre de 1978, en su casa, a la que asistirán todos los hermanos que conocimos al Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero a la que asistí en compañía de los hermanos Antonio Córdova Quezada, Olinda Córdova Valverde, José Córdova Córdova, Gregorio Córdova Padilla, Juan Sicha Cisneros, Rosa de Sicha, Luis Alberto Hidalgo León, Ernesto Facho Castro, Carmen Tasso Clímaco y Esther Tasso Clímaco. No estuvieron presentes los hermanos Ricardo Flores Herrera, Olga León de Pastor, Susana Rosas Díaz y Flori Torres Guerra por no haber sido invitados. El hermano Antonio Córdova Quezada al comenzar la reunión manifestó que nos había convocado porque su esposa Olinda Córdova Valverde había tenido un sueño que para ellos era un mensaje y pidió que la misma hermana Olinda lo contara. La hermana Olinda Córdova Valverde nos hizo saber que en su sueño se le apareció un ángel y que también escuchó la voz del Divino Padre que decía NO ENTREGAR los Divinos Rollos del Cordero de Dios al hermano Ricardo Flores Herrera, pues, en el local que había alquilado el hermano Ricardo Flores Herrera tenía el sello de la bestia -666- que está pintado en color negro, que significa tinieblas, todo ello lo contó sollozando, derramando muchísimas lágrimas y angustiosamente nos pidió toda la familia Córdova que les diéramos su apoyo para que los Divinos Rollos del Cordero de Dios y los Divinos Títulos NO SALGAN de su casa ni se los entreguemos al hermano Ricardo Flores Herrera. Todos nosotros muy conmovidos por los sollozos y los argumentos que nos daba toda la familia Córdova acordamos apoyarlos decididamente en nuestro convencimiento de que esta familia Córdova cumpliría con el Divino Mandato de difundir y publicar el contenido de los Divinos Rollos del Cordero de Dios en forma gratuita.

Ya la familia Córdova en posesión de los Divinos Rollos del Cordero de Dios y de todos los Divinos Títulos, cierto día la hermana Olinda Córdova Valverde nos comentó que todo el sueño y el mensaje que nos contó había sido solo un invento de ellos para quedarse en definitiva con los Divinos Rollos del Cordero de Dios y todo lo que perteneció al Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero, ya que para ellos significaba mucho dinero para todos y, en especial, para el hermano Antonio Córdova Quezada, su esposa Olinda Córdova Valverde, sus hijos y demás familiares, al ver nuestra disconformidad con su malévola actitud como fuimos engañados, de inmediato nos sacaron de la hermandad, nos hostilizaban, no nos dejaban ingresar al local y nos indispusieron ante muchísimos hermano nuevos que no conocieron al Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero y que tampoco conocían los entretelones de su mal intencionado sueño y mensaje.

Cuanto lamento no haber apoyado al hermano Ricardo Flores Herrera en la debida oportunidad en que se le debió hacer entrega de los Divinos Rollos del Cordero de Dios, tal como lo había mandado nuestro Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero, actitud por la que quiero dejar constancia de mi más profundo arrepentimiento.

Lima, 14 de Octubre de 1997

Enrique Javier del Pino León

L.E. 07775359


Yo, Luis Humberto Hidalgo León, de 46 años de edad, identificado con L.E. N° 07542048, con domicilio actual en Jr. San Carlos N° 518, 3er. piso, N° 11 Surquillo, Lima; declaro bajo juramento, haber conocido al Hno. Luis Antonio Soto Romero, como el autor de la Divina Revelación del Cordero de Dios o Ciencia Celeste; al que también se le conoce con el seudónimo de Alfa y Omega.

Lo conocí en el año 1976, aproximadamente en el mes de junio, en la casa de la familia Córdova Quezada, conformada por los Hnos. Antonio Córdova Quezada, su esposa Olinda Córdova Valverde y sus hijos José y Jorge; donde estuvo alojado temporalmente y cuya dirección es Jr. Francisco Lazo N° 1939 Interior J – Distrito de Lince – Lima.

El Hno, Luis Antonio Soto Romero me manifestó que recibía por telepatía universal viviente, con visión de las escenas a colores del Divino Padre Jehova, la Nueva Doctrina-Revelación de Dios para el mundo; que desde niño el Eterno le venía dictando cerca de 4000 Divinos Rollos y varios cuadernos de títulos de futuros rollos o Divinas órdenes (aproximadamente 10000 Divinos Títulos); que los Divinos Rollos del Cordero de Dios los escribía en pergaminos que medían aproximadamente de 1m. x 0.80 cm., que los mostraba a los hermanos que acudíamos a sus charlas y conferencias. En ellos se veía abundante escritura con títulos se sentencias y variados temas desconocidos y nuevos de ciencia, filosofía, psicología, moral, etc., etc.; también hermosos dibujos geométricos en colores del planeta tierra, galaxias, platillos voladores, etc., etc.; eran cientos de Divinos Rollos; y me explicó que a través de ellos el Divino Padre Jehova, Creador Supremo; revelaba, en grado de tal sabiduría, que no tiene límites, el divino origen, causa y destino de todas las cosas; el Divino Juicio Final de Dios y el Divino Inicio del Milenio de Paz o Nueva Era, etc. Fue tal la impresión, el impacto y la curiosidad que, a partir de allí, asistí casi todos los días a las disertaciones con el fin de investigar y profundizar este infinito Divino Conocimiento.

En el periódico Última Hora, que circulaba por aquel entonces, me había enterado providencialmente de la dirección en donde estaba alojado; y le habían realizado una entrevista y un reportaje con datos y explicaciones sobre el Juicio Final y el tema de los ovnis, que provocó mi atención pues a la sazón yo me hallaba leyendo la Biblia e investigando la verdad de temas misteriosos irresueltos por la ciencia del hombre.

Cuando comencé a asistir a las reuniones conocí a varios hermanos entre los cuales estaba el Hno. Ricardo Flores Herrera quien era muy allegado al Hno. Luis Antonio Soto Romero.

Por información general a los hermanos, y estando en vida el Hno. Luis Antonio Soto Romero; me informé que encargó por Orden Divina, los Divinos Rollos del Cordero de Dios al Hno. Ricardo Flores Herrera, diciéndole: ¡Hno. Ricardo, el Padre dice que Ud. se encargará de los Divinos Rollos, ¿quiere que le forme un papel?; el Hno. Ricardo le respondió; No hermano, no creo que sea necesario; pues aquí están como testigos los hermanos Antonio Córdova Quezada y Olinda Córdova Valverde.

La decisión del Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero no agradó a la familia Córdova Quezada y comenzaron a intrigar y a desacreditar al Hno. Ricardo Flores Herrera. Luego del deceso del Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero, el Hno. Ricardo Flores Herrera comunicó a todos los hermanos que el Sábado 18 de Noviembre de 1978 a las 11 de la mañana, recogería los Divinos Rollos, los cuadernos de las Divinas órdenes Telepáticas y todo por insignificante que fuera perteneció al Divino Hermano Luis Antonio Soto Romero.

Entonces la familia Córdova Quezada convocó a una reunión urgente para un día antes de la fecha señalada para la entrega y sin conocimiento del Hno. Ricardo Flores Herrera; a dicha reunión asistimos todos los hermanos extrañados por la urgencia; allí nos persuadieron que no era conveniente entregar los Divinos Rollos porque la Hna. Olinda Córdova Valverde había tenido un sueño en la que un ángel le decía que no entregara los Divinos Rollos al Hno. Ricardo Flores Herrera, además, nos expresaron, que tuvo una visión en la que en el local que había alquilado el Hno. Ricardo Flores Herrera tiene el número de la bestia 666 y está pintado de color negro que significa tiniebla. Fue así que la Hna. Olinda Córdova Valverde, quien profundamente conmovida y derramando abundantes lágrimas nos convenció para apoyarlos y no cumplir con la voluntad del Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero de entregar los Divinos Rollos del Cordero de Dios al Hno. Ricardo Flores Herrera.

Al día siguiente 18 de noviembre de 1978, a las 11 a.m., el Hno. Ricardo Flores Herrera se presentó con las Hnas. Flori Torres Guerra y Olga Pastor de León y estando presentes el Hno. Antonio Córdova Quezada, su familia la Hna. Olinda Córdova Valverde y sus hijos José y Jorge; los hermanos Gregorio Córdova Padilla, Javier Enrique del Pino León, Carmen Luz Tasso Clímaco, Esther Tasso Clímaco; Juan Sicha Cisneros; Rosa de Sicha y Ernesto Facho. La familia Córdova Quezada se negó rotundamente a entregar los Divinos Rollos del Cordero de Dios pese al decidido requerimiento que le hacía el hermano Ricardo Flores Herrera.

Posteriormente nos dimos cuenta que fuimos astutamente engañados por la familia Córdova Quezada; y fue la misma Hna. Olinda Córdova Valverde quien reveló a la Hna. Carmen Tasso Clímaco diciéndole la verdad: ¡Hna. Carmen, si yo no hubiera inventado lo del sueño, en estos momentos no tendríamos los Divinos Rollos con nosotros! ¡Aquí hay mucho dinero para todos!

Al enterarme de esta malévola falsedad, me sentí vilmente engañado y me arrepiento de haber brindado mi apoyo en ese entonces a la familia Córdova Quezada; y formulo este documento relatando algunos pormenores que sucedieron para que finalmente se imponga la verdad y para que los Divinos Rollos se entreguen al Hno. Ricardo Flores Herrera, tal como fue la voluntad del Divino Enviado Luis Antonio Soto Romero y estoy dispuesto a testificar la verdad cuantas veces sea necesario.

Lima, 04 de Junio de 1998

Luis Humberto Hidalgo León

L.E. N° 07542048