
Rollo N° 3429
LOS QUE PIDIERON PRUEBAS PARA CREER EN LA DIVINA REVELACIÓN QUE DIOS DIO AL MUNDO, NO ENTRARÁN A SU DIVINO REINO; PORQUE NADIE PIDIÓ A DIOS, DUDAR DEL ENVÍO DE FUTURAS DOCTRINAS, AL PLANETA DE PRUEBAS TIERRA; LOS MISMOS QUE DUDARON, LOS MISMOS HABÍAN PEDIDO LA DIVINA REVELACIÓN; AL DUDAR EN LO QUE ELLOS MISMOS HABÍAN PEDIDO, SE CONVIRTIERON EN RENEGADOS DE LAS DIVINAS LEYES DE DIOS.-
Sí hijito; los que piden pruebas para convencerse, son renegados de lo mismo que habían pedido a Dios; ya en otras existencias habían hecho lo mismo; la prueba de la vida consistía en no negar nada; solo el mal había que negarlo; los que negaron a lo que en el reino de Dios habían pedido, a ellos también se les negará en el divino juicio de Dios; la prueba de la vida misma, era la de que según fuese la caída, así también fuese la réplica; por donde se pecó, así se recibe; los que negaron a Dios, dudando de los envíos de sus divinas doctrinas, de ellos también se dudará; no solo en la Tierra, sino que en todo el universo; porque la ley de Dios se cumple tanto arriba como abajo; al que dudó en lo que a Dios pidió, todo lo que él pida con respecto a su evolución como espíritu, todo será mirado con duda; nadie desea ayudar, a los que reniegan de Dios; porque nadie quiere estar en desgracia con el Eterno; los que reniegan de Dios, se aíslan ellos mismos; es así como estos seres perpetúan su roca egoísta, en el tiempo eterno; y paralelo a ello, perpetúan la no entrada al reino de los cielos; porque es más fácil que sean admitidos en el reino de Dios, los que no lo despreciaron, en los lejanos planetas de pruebas; el que duda, en lo que sea, duda de Dios; porque se le había enseñado que Dios había creado todas las cosas y que no tenía límites; dudar es por lo tanto, un extraño límite que se impone a Dios; la duda con respecto a sus divinas doctrinas, son dudas mayores dentro de las muchas dudas, que el espíritu tuvo en su prueba de vida; esta caída hace que el hijo de Dios, no le dé más la vida humana, al que dudó en su divino Padre; es por esto es que se escribió: Y habrá llorar y crujir de dientes; esto les ocurrirá a los que violaron la ley de Dios; no les ocurrirá, a quienes no la violaron; y los que no la violaron, fueron los niños; la inocencia no tiene divino juicio; mas, podrán quejarse al hijo de Dios, por los atropellos que muchos recibieron, siendo niños; y uno de los más comunes atropellos a un niño, fue el no enseñarle el divino evangelio de Dios; era responsabilidad de los padres, enseñar lo de Dios a sus hijos; no era responsabilidad de los llamados religiosos; porque la extraña pluralidad de creencias, no es de Dios; lo que unifica es de Dios; lo que divide no lo es; es por esto es que fue escrito: Solo Satanás divide y se divide a sí mismo; los padres que tuvieron crianza de niños, y que no les enseñaron la unificación planetaria, a través del divino evangelio de Dios, ellos dividieron el fruto de tales niños; porque por culpa de sus padres, en las áureas de los niños, quedó escrita desde pequeños, una extraña desconfianza entre los seres; esta desconfianza, nadie la había pedido a Dios; Divino Padre Jehova, ¿qué color posee en el áurea, esta extraña desconfianza? Es un color hijo, parecido al color de las sotanas, de los llamados religiosos; es un color entre gris y negro; es un color de las tinieblas; y te diré hijo, que esta extraña desconfianza, desconocida en el reino de los cielos, se paga por segundos en el divino juicio de Dios; por cada segundo, los padres que no enseñaron la unificación planetaria a sus hijos, deben vivir una existencia en futuros mundos de la desconfianza; es así por una ley que está en lo microscópico, es que los espíritus perpetúan su roca egoísta; lo más pequeño que la mente humana pueda imaginar, constituye el Alfa y la Omega del destino de cada uno; Divino Padre Jehova, ¿esta será la causa, por lo que tu divino evangelio, insistía tanto en la humildad; Así es hijito; lo humilde de que habla mi divino evangelio, incluye a todo lo imaginable; incluye a materia y espíritu; incluye al todo sobre el todo; lo incluye todo, porque todo lo he creado; así es, así fue, y así será por siempre, divino Padre Jehova; lo que le sucedió a este mundo de pruebas, es que al no conocerse a sí mismo, descuidó lo microscópico; y al hacerlo, cayó en injusticia; porque nadie había pedido a Dios, lo injusto, ni en tan solo una molécula; el divino concepto: Conócete a ti mismo, encerraba la misma gloria del reino de los cielos; en lo microscópico de un segundo o de una molécula, estaba la ley de la salvación; la obra reducida a lo mínimo en su dimensión expansiva, tenía la equivalencia de una existencia de luz; por lo tanto, la pérdida de tiempo ocurrida en la vida, hace llorar, aun tratándose de un segundo de tiempo; porque el segundo de tiempo perdido, equivalía a una futura existencia de luz; siempre que la mente estuviera dedicada en hacer algo, dentro del desarrollo de un segundo; o bien en el tiempo de menos de un segundo; es por esto es que fue escrito: Y habrá llorar y crujir de dientes; no habrá quien no llore el tiempo perdido en la vida; la humanidad entera se desvirtuó y se concentró en su propio bienestar; al hacerlo, descuidó lo molecular; fue la bestia quien condujo a la humanidad, a la extraña práctica de perder el tiempo, y la de menospreciar lo microscópico; y la humanidad al dejarse influenciar por la bestia capitalista, se quedó sin entrada al reino de los cielos; la prueba de la vida consistía en que se creara en la Tierra, un sistema de vida, en que no se despreciara ni lo más microscópico; la mente humana no fue capaz de hacerlo; mas, no puede negar, que tuvo la oportunidad de hacerlo; y tuvo tiempo de sobra; los que ofrecieron al mundo, el camino del capitalismo, fueron los seres más atrasados de la evolución humana; tan atrasados eran, que ni miles de años, les bastó para poder unificar al mundo; es que la bestia carecía de una filosofía planetaria; solo le interesaba su extraño complejo al oro; la extraña indiferencia de la bestia por lo espiritual, fue ahogada por una extraña ilusión al presente efímero; y las ilusiones efímeras, no conducen al reino de los cielos; solo ayudan a perpetuar las sensaciones efímeras y limitadas en el espíritu; la bestia capitalista fue la autora de millones y millones de tragedias mentales, en el llorar y crujir de dientes; porque esos millones de seres llorarán sus propias costumbres, que la propia bestia les enseñó; todas las costumbres que segundo por segundo se conocieron y se practicaron, ningún premio tendrán en el divino juicio de Dios; porque fueron extrañas costumbres, que en su psicología, no incluían la unificación del mundo; se dice extraña costumbre, porque las costumbres que conoció y vivió el mundo de la prueba, nadie las había pedido a Dios; porque nadie pide a Dios, lo que con el correr del tiempo, será su propia perdición; lo que todos habían pedido a Dios, fue la hermandad planetaria; porque todos sabían en el reino de Dios, que los planetas que caían en división por sistema de vida, sus humanidades no entran al reino de los cielos; nada dividido proveniente del universo, nada entra al reino de Dios; el término bíblico: Solo Satanás divide, incluía a todo el universo; lo sucedido a Satanás en el macrocosmo, llamado reino de los cielos, ocurrió en tiempos inmemoriales; en que el actual universo no existía; las divinas advertencias se vienen transmitiendo de eternidad en eternidad; es así que son infinitos los planetas tierras, que han recibido la misma advertencia que recibió este planeta Tierra; y en muchos de tales planetas tierras, habían espíritus que actualmente están en esta Tierra; es por esto es que se dijo: Lo de arriba es igual a lo de abajo; lo que está sucediendo en la Tierra, sucede también en otras moradas planetarias; nadie es único; la prueba de la vida consistía en no despreciar a nadie; ni a la molécula ni al segundo; y por hacerlo, esta humanidad una vez más, no vuelve a entrar al reino de los cielos; y mientras insista en despreciar a lo microscópico, no entrará jamás al reino de Dios; esto es roca o dureza mental para comprender la esencia de las vidas que reciben las criaturas; la importancia que cada uno da a la vida que pidió a Dios, se demuestra con el cariño que se tiene a lo pequeño; el verdadero amor principia por lo molecular; el verdadero amor, el que es eterno, se demuestra con sistemas de vida, en que sus criaturas no pierden el tiempo en vanidades; el pan de cada día no debió de ser la dispersión mental; el pan de cada día debió de ser un sostenido estudio de la propia esencia en que se vivía; mas, un sistema de vida de comerciantes, como lo es el de la Tierra, no podía engrandecer a la propia ley en que descansaba la propia vida; en los extraños sistemas de vida de comerciantes, nacen los más grandes ignorantes de su propia ley viviente; nace una extraña roca que jamás trata de recordar, de cómo sería su propio principio original; es el olvido total de sí mismo; es un extraño divagar mental, en que la criatura se va alejando más y más, de la filosofía planetaria; se va alejando de su propia unificación; la felicidad es convertida en una quimera; y para hacer aún mayor este drama, aparece en escena el primitivismo llamado militarismo; aparece concientizando a las mentes; aparece inventando enemigos, que las más de las veces, no existen; el drama del olvido de sí mismo, se vuelve psicología normal, en el diario vivir; y los segundos son consumidos, en extrañas sensaciones, que ni el interesado había pedido a Dios; es el extraño dormir en la psicología de la caída; este extraño dormir fue escrito como que todo espíritu duerme; el extraño dormir fue molecular; en lo más íntimo se perdían existencias completas de luz; todo era según la dirección que se daba a la mente; en el segundo de vida; la sorpresa de la divina gloria de Dios en los que habían pedido conocer una forma de vida, estaba en lo más microscópico de sí mismo; a esto se refería el divino mandato: Conócete a ti mismo; porque al conocerse a sí mismo, era inevitable que llegara hasta sus propias moléculas de carne; la criatura humana tuvo una búsqueda tal de Dios, en la prueba de la vida, que pasó por alto e ignoró a sus propias moléculas de carne; siempre le ha ocurrido este drama, desde que se inició como un microbio; y mientras esta injusticia ocurra, el espíritu humano no entrará al reino de los cielos; he aquí una de las causas supremas, del porqué el ser humano, perpetúa su roca egoísta; esto da la impresión que la vida humana que había pedido a Dios, era demasiada elevada para él; esto es la perla que consume el chancho; y su explicación está en que en mayor o menor grado, cada criatura humana, tiene que vencer sensaciones demoníacas, que corresponden a otras tantas experiencias del pasado; de su propia dureza de roca, cada uno podrá deducir de donde viene; esto es el lugar en donde ocurrió su última reencarnación; la última incluyendo las últimas; en el pasado está la causa que no puede explicar el presente; si se piden nuevas formas de vida a Dios, es para superar todo un pasado; la prueba de la vida consistía en perfeccionarse y en comprender al máximo, la naturaleza en que se tocó vivir; este máximo da el máximo premio; en la naturaleza había estudios para todos sin límites; es por esto es que se dijo a millones y millones de individualidades: El que busca encuentra; la búsqueda no tenía límites; salvo el límite subordinado al propio interés en la búsqueda; las mezquindades en las búsquedas, salieron del propio interesado; no salieron de la naturaleza; y es más fácil que entren al reino de los cielos, los que no fueron mezquinos para con sus propias búsquedas; a que puedan entrar, los que lo fueron; es esta una de las más antiguas causas, por la que las criaturas perpetúan su condición de ángel caído; siempre que piden vidas a Dios, lo limitan en sus propios conceptos, en las respectivas vidas; es lo que le sucedió al hombre en la vida humana; y la mezquindad o límite voluntario en la propia búsqueda, siempre concluye en llorar y crujir de dientes; porque lo que no se hizo, pudiéndose hacer, tienen equivalencia a muchas existencias de luz perdidas; cada llorar representa un drama que se fue haciendo segundo por segundo, hasta el instante mismo del divino juicio; un microscópico segundo representaba una existencia en un determinado planeta; y había que ganárselo dentro del lapso del tiempo de un segundo; la mayor parte de la humanidad no se dio cuenta, porque la mayor parte se durmió con respecto al infinito de Dios; y vino en todos, un extraño menosprecio al tiempo; no se le dio importancia espiritual al tiempo; no se le vinculó con la fe; y una fe sin la consideración del tiempo, es fe dividida; porque el tiempo se quejará en el divino juicio de Dios, en sus leyes de tiempo; el que cultivó una fe y no tomó en cuenta al tiempo, no entrará al reino de los cielos; es más fácil que entre, uno que lo tomó en cuenta y que fue más completo en su fe; la fe verdadera toma en cuenta el todo sobre el todo; las fe débiles son meramente intuitivas y propensas a adorar imágenes; son fe pobres que a nadie ilustran; de todos los que tenían la extraña maña de adorar imágenes, ninguno entra al reino de los cielos; y no entrarán, hasta que abandonen tan extraño complejo, que rebaja la gloria de Dios; advertidos fueron de que no lo hicieran; los que adoraron imágenes, tendrán descuentos en existencias; según sea el número de las moléculas de las imágenes que adoraron; pues por cada molécula, se les quitará una existencia de luz; es más fácil que entren al reino de los cielos, los que nunca se postraron ante imagen o semejanza alguna; a que puedan entrar, los ignorantes que lo hicieron; la prueba de la vida consistía en comprender a Dios, a través de la ilustración; a ningún padre le agrada que sus hijos traten de comprenderlo, adorando imágenes; tal cosa es ridícula y es retrógrada; los llamados religiosos tenían la extraña costumbre de adorar imágenes; ellos no quisieron tomar en cuenta, la divina advertencia de Dios; por culpa de ellos, el extraño mundo cristiano que adoró imágenes, no entrará al reino de los cielos; ni ningún cristiano ha entrado; los llamados religiosos surgidos durante el reinado de la bestia capitalista, son los causantes del llorar y crujir de dientes; ellos fueron los ciegos guías de ciegos; ellos no dieron importancia a lo molecular que en ellos mismos había; nunca aprendieron a conocerse a sí mismos; y sus ignorancias, se las transmitieron a todos los que en ellos creyeron; a generaciones enteras desvirtuaron con la psicología de la división; ni remotamente ellos intuyeron que el triunfo de la humanidad ante Dios; consistía en lograr la unificación planetaria; ni remotamente pensaron que el comunismo era la más grande forma de caridad colectiva; no lo pensaron, porque ellos mismos se convirtieron en el segundo capitalismo del mundo; la extraña manía de pedir limosna por siglos, los hizo ricos; es por eso que siempre temieron a la justicia colectiva; siempre temieron el rendir cuenta de lo que poseían; nunca hicieron declaraciones de sus valores; en el divino juicio se les hará declarar; y por cada molécula de lo que poseían, es una existencia de luz menos para ellos; la roca religiosa se condenó por eternidades; y lo que ella representó para el mundo, no tiene ningún valor en el divino juicio de Dios; todo lo que enseñó dividiendo, no tiene mérito ante Dios; es más fácil que lo tenga, lo que enseñó, unificando a otros; el llamado comunismo tuvo que enfrentar al extraño complejo al oro, que los individuos del llamado capitalismo poseían; este enfrentamiento es lucha ante Dios, es sudor de frente, para lograr una nueva forma de justicia; el comunismo hizo frente a los más libertinos de la evolución humana; el comunismo hizo frente a un ente o demonio, que no era del reino de los cielos; porque el libertinaje del cual surgió el capitalismo, no es del reino de Dios; no es de la luz; porque en el reino de la luz, no se conocen los comerciantes; ni sistemas de vida, salidos de comerciantes; el llamado capitalismo es mirado en el reino de Dios, como un ente de las tinieblas; en la prueba de la vida, todos debieron de haberse dado cuenta, que un sistema de vida egoísta e interesado, jamás sería agradable a Dios; el no haberse dado cuenta, es suficiente para no entrar al reino de los cielos; aunque la criatura en prueba de vida, no se hubiese dado cuenta, ni en una molécula de injusticia, tampoco vuelve a entrar al reino de Dios; porque la misma criatura humana, así se lo había pedido a Dios; son las mismas criaturas que fijan su ley de pruebas ante Dios; el Eterno es tan infinito en poder, que Él a nadie, obliga; el Padre divino deja que la propia criatura elija su destino, según sus propios esfuerzos; es por esto es que se escribió: Cada uno se hace su propio cielo; cielo significa destino; fueron las obras del diario vivir, segundo por segundo, las que crearon el cielo de cada uno; a cada segundo que se vivió, se ganaba o se perdía una existencia; todo dependía de la intención y de la moral, vivida dentro del segundo; ciertamente que esta divina ley al saberse, hará llorar al mundo; porque el mundo se ilusionó en una extraña psicología, en que menospreció al tiempo; el desvirtuamiento salió de un extraño y falso concepto que se tenía de la vida; todo cuanto rodeaba a la criatura, absolutamente todo, adquirió una baja cualidad y calidad, cuando la mente de la criatura, equivocó el concepto de la vida que había pedido a Dios; los elementos también piden pruebas a Dios, en sus leyes de elementos; y ellos hacen variar la calidad como tales, cuando la criatura viola la divina ley de Dios; en otras palabras, las propias criaturas, cuando violan la ley de Dios, y sin darse cuenta, afean los climas; son ellas mismas, las que hacen disminuir, el goce de un buen tiempo o clima; al mundo de la prueba se le advirtió, que todo era viviente; es así que todos los elementos de la naturaleza, también participan en el divino juicio de Dios; porque elementos y espíritus, pidieron en divina igualdad psicológica, ser tratados por igual, en el divino juicio de Dios; materia y espíritu tienen un desenlace que a todos asombrará; materia y espíritu, habían pedido a Dios, un todo perfecto en desarrollo de prueba; la prueba de la vida había sido elegida, por los libres albedríos de materia y espíritu, entre otras infinitas formas de vida; porque el Eterno dispone de modelos de vida, que no tienen ni principio ni fin; el espíritu y la materia, pueden estar observando por eternidades sin fin, formas de vida, para al fin elegir una; esto se llama en el reino de los cielos, buscar perfección; el espíritu y la materia, buscan y eligen, según las conveniencias de sus evoluciones; nadie puede pedir algo, que aún no está al alcance de su capacidad; se sigue siempre un plan divino de progreso planetario; y el premio supremo, es volver siempre al lado del Eterno; en el macrocosmos, llamado reino de los cielos, se entra y se sale en un movimiento de criaturas, que teniendo todas las formas de geometrías de carne, no tiene ni principio ni fin; es tan infinito el conglomerado de seres pensantes, que allí la importancia de ser de la individualidad, desaparece; allí el pensar se vuelve común y universal; y la mayor fascinación para el espíritu, es el infinito mismo; el volver a nacer en desconocidos y lejanos planetas, constituye allí, el ensueño de todo instante; de esta sensación mencionada, nace el término inmortal de querubín; querubín, es querer llegar a ser; y como la perfección que ofrece Dios a sus criaturas, no tiene fin, es que eternamente todos son querubines; aparte de la jerarquía alcanzada por los espíritus; hasta los primogénitos solares, son divinos querubines; y todos respetan la jerarquía de poder, que cada cual se ganó con sudor de frente, en incontables planetas del universo; la jerarquía es el poder que se tiene sobre los elementos; y éstos a su vez, también pasan a probar el poder, sobre los que sobre ellos mandaban; es la eterna prueba de probar, y la de ser probado; y quien no prueba, no logra poder porque no avanza; el poder cualquiera que éste sea, se logra por conocimiento de sensaciones; la variación de ellas sobre el espíritu, no tiene ni principio ni fin; y para lograr nuevas sensaciones que no se conocen, es menester reencarnar o volver a nacer de nuevo; quien no lo pensó así en la prueba de la vida, el tal se equivocó en la prueba; y no entrará al reino de los cielos; la prueba de la vida consistía en no equivocarse; porque en la infinita justicia de Dios, es más fácil que entren a su divino reino, los que no se equivocaron, en los lejanos planetas de pruebas; el error nadie lo pide a Dios; y si se pide la sensación de estar expuesto a caer en el error, el espíritu le promete a Dios, no caer; es por esto que se dice: La prueba de la vida humana; la prueba es sensación por sensación; y sentimentalmente molecular; es decir, que las sensaciones contenidas en cada individualidad, que se había pedido a Dios, son medidas y juzgadas en lo micro y en lo macro; en lo pequeño y en lo grande; en lo invisible y en lo visible; en lo que se siente y que no se ve; en lo que se ve y que no se siente; el micro y el macro se expanden dentro de sus propias sensaciones; y el traspaso de micro a macro, se hace por virtud propia; porque según como fue la obra de cada uno, así será también, su futuro tamaño físico; el tamaño colosal se logra cumpliendo con lo prometido a Dios; la desobediencia a lo prometido al Eterno, empequeñece a la criatura; le estaciona en su actual tamaño, o el espíritu tiene que volver a empezar como microbio; tiene que volver al principio de lo que fue; estos riesgos que nadie desea, se vuelven realidad, en los divinos juicios de Dios; es por esto es que al extraño mundo surgido de las extrañas leyes del oro, se le dijo: Y habrá llorar y crujir de dientes; lo que quería decir que la violación a la divina ley de Dios, empequeñece en tamaño, a los que cayeron en la violación; sea cual fuere la violación a la ley de Dios, se corre riesgo a ser empequeñecido; porque las alianzas que todo espíritu hizo con las moléculas de carne y con las virtudes o sensaciones, gradualmente se van retirando y dejan solo al espíritu; esta soledad espanta a todo espíritu pensante; en esta ley, todo depende del grado en que se violó lo de Dios; es por esto es que fue escrito: Solo Satanás divide, y se divide a sí mismo; es decir, que el que hizo el mal en la vida, recibe él también, mal en el divino juicio de Dios; es el mal por mal; es la repetición de las caídas de la roca espiritual; es volver a caer en lo que en otras existencias, se había vuelto a caer; es la extraña dureza para comprender, lo que nunca debió ser duro; es el volver a repetir, lo que ya antes se había repetido; la caída representa volver a empezar de nuevo; hasta que no se caiga ni en una molécula de caída; tal fue la promesa hecha a Dios, por todos los espíritus humanos; la roca o dureza mental, es la demora en comprender lo prometido a Dios; esta demora incluye a trillones de existencias, en que el espíritu roca, no vuelve a ver el reino de los cielos; y esta demora es para Dios, solo un instante o un suspiro; los dramas que se ven en el universo, son tan infinitos en su número, como lo es el universo mismo; las terminologías son también infinitas; las del hombre de este planeta Tierra, se conoce como la roca o el ángel caído; es triste la fama universal de la roca humana; todos le rehúyen en el espacio, para no contagiarse; todos rehúyen a los espíritus libertinos, que aún no han logrado en sus evoluciones espirituales, la ansiada unidad planetaria; esta sensación de la unidad planetaria, debe adquirirla todo espíritu progresista, como un algo propio; porque a donde vaya, en otros planetas, llevará la semilla de la unidad; llevará una semilla de felicidad, en que otros aprenderán a vivir como hermanos; esta semilla de la unidad planetaria, es la semilla que la humanidad demoró en cultivarla; porque los miles de años fueron sucediéndose, y la ansiada unidad, nunca fue realidad; la humanidad se durmió y el divino juicio de Dios le sorprendió; este dormir o lentitud en lograr la unificación planetaria, había sido advertida por Dios; escrito fue: Todo espíritu duerme; todos se durmieron en lo que creían que era correcto; y resulta que nadie tenía la razón, porque todos habían caído en un extraño atraso; y si alguien de las generaciones de la Tierra, dijo que tenía la razón, en tal o cual cosa, esa razón fue dividida por el atraso en lograr la unificación del planeta; porque en todos, en sus respectivas áureas, acusan en diferentes grados, un extraño atraso por la unidad planetaria; todos habían contribuido al yugo de vivir desunidos; fue la extraña contribución colectiva, para una injusticia también colectiva; fue el mutuo apoyo en la dureza, para no unificarse jamás; fue la roca del mundo; el drama humano se hizo más tenebroso en la prueba de la vida, desde el mismo instante, en que la bestia capitalista, se tomó el extraño libertinaje, de tentarse en el uso de la fuerza, por imponer un extraño sistema de vida; y las generaciones en su extraño dormir, admitieron tal fuerza; las generaciones dormidas no defendieron sus derechos; no defendieron el derecho, a no tener tal fuerza; no defendieron la paz; porque la verdadera paz para Dios, es aquella en que para lograrla, no debió de intervenir la fuerza; porque nadie había pedido a Dios, el hacer uso de la fuerza, en la prueba de la vida; y por la sencilla razón, que todos le habían pedido leyes de amor; el error de los que dirigieron a las llamadas naciones, que surgieron durante la prueba de la vida, fue la de olvidar, de que a Dios no se le piden ninguna forma de atropello; porque fueron estos individuos de los gobiernos, los que por ley humana, legalizaron y hasta obligaron, a hacer uso de la fuerza; y también se olvidaron, de que tal uso de fuerza, descansaba sobre un sistema de vida con leyes desiguales; ellos al autorizar y legalizar la fuerza en la experiencia humana, ellos hicieron más doloroso aún, el sistema de vida injusto; es por esto que a todos los individuos que participaron en los gobiernos de la bestia de todos los tiempos, tendrán futuras existencias de dolor y de injusticias; se cumple en ellos, con la divina parábola que dice: Con la vara con que mides, serás medido; en la prueba de la vida, había que saber escoger el trabajo, engrandeciendo a las divinas enseñanzas de Dios; porque es más fácil que entren al reino de los cielos, los que en los lejanos planetas de pruebas, supieron complacer a Dios; a que puedan entrar, los que complacieron a los hombres; las criaturas ciegas en entendimiento, no saben elegir el poder; porque el hombre a nadie resucita y termina en pudrición; solo el que creó todas las cosas transforma las cosas; los individuos que se fanatizaron con los hombres, perdieron de nuevo, la oportunidad de ser eternos como criatura de planeta; se dice: De nuevo, porque en otras experiencias planetarias, habían hecho lo mismo; se habían convertido en servidores de las criaturas del propio planeta; olvidando a Dios en sus preferencias; y mientras ellos actúen así, no volverán a ver a Dios; porque es más fácil que vean a Dios en un instante dado, los que no le dieron la espalda, durante la prueba de la vida; el ingrato mientras sea ingrato con Dios, no ve a Dios; porque a Dios se le ve, estando la criatura en posesión de virtudes de la luz; la prueba de la vida consistía en conservar lo que era de la luz; cada uno tenía que perfeccionar sus propias sensaciones; porque así lo pidió a Dios cada uno; y al buscar cada uno su propia perfección, tenía que hacerlo con psicologías, que estuvieran en concordancia, con la divina psicología del divino evangelio de Dios; porque el divino evangelio del Eterno no muere; muy al contrario; de él, el Eterno se inspira en nuevas divinas doctrinas; dando continuidad a la expansión de nuevas psicologías para sus hijos; el que no entendió la eternidad de las divinas enseñanzas de Dios, durante la prueba de la vida, no volverá a entrar al reino de los cielos; y no entrará, hasta que lo entienda; porque para poder entrar al reino de Dios, no hay que poseer, ni una molécula de ignorancia, con respecto a las divinas leyes, enseñanzas, mandamientos, evangelios, que la misma criatura le había pedido en su reino; esto significaba el término bíblico: Por sobre todas las cosas; ni una molécula de ignorancia voluntaria, se perdonaba el espíritu; así fue su promesa hecha a Dios; porque siempre los espíritus, desean lo mejor para Dios; y se lo expresan, cuando acuden a Él, en busca del conocimiento de nuevas futuras existencias, que desearían conocer; y no es para menos; pues todos se dan cuenta en el mismo reino de los cielos, que el Eterno es único; pues lo ven que está en todas partes y en todas las cosas.-
Alfa y Omega.-