
Rollo N°
DIVINO ORIGEN DE LA VIRTUD VIVIENTE; RELACIÓN NUMÉRICA ENTRE LOS PENSARES HUMANOS; LA DESIGUALDAD ENTRE LAS IDEAS; ORIGEN GALÁCTICO DE CADA ACCIÓN HUMANA.-
Sí hijito; veo que hemos descansado cierto tiempo de la escritura; lo he querido así porque así estaba escrito en los libros solares; cada criatura sin excepción alguna, posee un divino historial galáctico; nadie es desheredado; todos tienen la misma oportunidad; hasta esas criaturas brillantes de sabiduría en el reino de los cielos; y que el género humano conoce por animales; escrito fue que los humildes son los primeros en el reino de los cielos; he aquí la divina ley de supremo amor; lo que no es posible en la Tierra, todo es posible en el reino de los cielos; el divino amor llevado a su más microscópica dimensión, es colosal en el divino reino; por lo tanto, ¡¡Pobres de aquellos que han violado la divina ley de mis humildes criaturas!! De ellos es el llorar y crujir de dientes; los divinos mandamientos por siglos y siglos, han venido enseñando al mundo terrestre, no ser malos; en ningún sentido de la ley; cada segundo de malevolencia, pesa un calvario en la eternidad; cada verdugo es juzgado por sus propias víctimas; nadie escapa a lo que debe recibir por lo que sembró; entre la infinita justicia, la de los animales es la más sublime; ellos son las grandes virtudes de los cielos; entre los cuales se encuentra el monito humano; junto con infinitos monitos de infinitos planetas tierras; pues la divina creación del divino Padre no tiene límite; desde el divino instante en que sus palabras materializaron los ideales de infinitas lumbreras solares; este universo aún sigue expandiéndose; y lo hará por siempre jamás; los mundos nacen y perecen como las criaturas que los habitan; todo mundo pasa al olvido por la expansión misma del infinito; la fantasía se hace realidad pasajera; solo el Padre es perpetuo recuerdo; en los mundos y fuera de ellos; el universo pasará; mas mis palabras no pasarán; quiere decir que de tantas formas de crear que posee el divino Padre, la de las palabras es una de ellas; la divina causa del divino Padre, es la eternidad misma; poseyendo en su divino libre albedrío, otras infinitas eternidades; que jamás serán comprendidas ni por las más brillantes sabidurías; quiere decir que antes del infinito: Hágase la luz y la luz fue hecha, ya habían infinitas creaciones; y ya habían creaciones que habiendo vivido en el espacio, fueron juzgados según sus obras; la Tierra es un mundo microscópico; tan microscópico que es casi desconocido en las colosales galaxias; se sabe que existen mundos, que jamás podrán ser contados; solo su divino Creador lo sabe; y sabe el futuro mundo que ha de nacer; en todo instante viviente; y sabe hasta el comportamiento que va a tener en su desarrollo, la más microscópica molécula viviente; quiere decir que toda escritura de todo mundo, explica hechos futuros; muchas veces las divinas parábolas son creadas para probar todo conocimiento; para probar la paciencia investigadora de sus criaturas; para probar si el hijo cree en un Padre que lo creó; para probar su propio espíritu; la misma escritura se lo dice: Todo espíritu es probado; y es probado, no solo en la divina lectura de toda Sagrada Escritura; sino que es probado durante toda la vida; segundo tras segundo; respiración tras respiración; desde el primer respiro hasta el último; estando el divino Padre en todas partes, está también en toda dificultad que cada espíritu enfrenta en la vida; y mientras mayor es esa dificultad, más grande es el mérito; y mayor es la gloria en el reino de los cielos; toda dificultad se mide; se calcula los segundos que duró la prueba de la dificultad; la más sublime prueba, es aquella en que resalta la humildad; porque es la primera entre todas las virtudes; y las mismas virtudes vivientes, no pueden avanzar si no poseen la humildad; todas las virtudes son hermanas en una común alianza.-

Sí hijito; es así; tal como lo leo en tu divina mente; del polvo eres y al polvo volverás; o del barro sacó el divino Padre Jehova, la criatura humana; y no solo al monito humano; sino que todo cuanto existe; significa que el origen está en el desarrollo o madurez de la misma Tierra; y la Tierra es a la vez producto de una caloría solar en infinito descenso; antes de la Tierra, todo era fuego; un fuego de temperatura aterradora; este fuego material nació de otro fuego; un fuego salido de una mente solar; un fuego creador de fuego; un sentimiento con determinación materializada; cuando el divino Padre Jehova dijo: Hágase la luz y la luz fue hecha, sus mismas divinas palabras estremecieron a las lumbreras solares; pues todo es viviente en el reino de los cielos; todo repercute en el todo; y todos brillan al expresarse el divino Padre; esto ocurre en el macrocosmo, llamado reino de los cielos; en los planetas microscópicos como la Tierra, cuando un padre terrenal trata con sus hijos, éstos sienten la influencia emanada de la voz que sale de sus padres terrenales; se sienten conmovidos; lo que los mueve a infinitas reacciones; igual ocurre en el reino de los cielos; lo de arriba es igual a lo de abajo; es igual en sus principios; lo de arriba también vivió lo de abajo; fue chiquitito y humilde; microscópico; como lo es actualmente la criatura humana; y es ahora grande en el reino de los cielos; el poder humano es poder limitado; el poder divino es infinito; el poder humano permanece en los límites de una sola dimensión; hace creaciones en ella; el poder divino traspasa infinitas dimensiones; y vive y crea de preferencia, en la invisibilidad; libre albedrío tiene; como lo tiene la criatura humana; lo de arriba es igual a lo de abajo; la invisibilidad es también materia; y posee también relatividad; como la posee el espíritu y la materia que conoce el espíritu; aquí nace la desigualdad entre los pensares humanos; nace desde el mismo instante en que es creado en los colosales soles; todo espíritu es producto de conocimiento viviente; así como en la Tierra se cumple el sagrado mandato del matrimonio, así también en el reino de los cielos, las lumbreras solares crean por mandato divino; no estando sujetos a ninguna influencia que los obligue; poseen como las criaturas humanas, un libre albedrío para escoger pareja solar; lo de arriba crea en su propias leyes eternas; lo de abajo crea en sus mismas leyes, nacidas de las leyes de arriba; lo de abajo es un desprendimiento de lo de arriba; y lleva en sí mismo, su herencia; su influencia; su eternidad; eternidad que vuelve a empezar un nuevo ciclo viviente; eternidad en germen expansivo; eternidad que va madurando en existencias; de mundo en mundo; de morada en morada; pues muchas moradas para las pruebas espirituales, tiene el divino Padre; y todo espíritu debe nacer o reencarnar de nuevo, para ver el reino de Dios; nacer o reencarnar, es lo mismo; una cosa se puede expresar de muchas maneras; y sigue siendo la misma cosa; cuando nace un espíritu, tiene la forma de una línea blanca brillante; el blanco es el reino de la pureza y de la inocencia; siendo el futuro de todo espíritu llegar a ser un brillante sol de sabiduría; se dice: Todo espíritu nace en línea solar alfa, y termina en círculo omega; el primogénito solar Cristo lo dijo: Soy el Alfa y la Omega; el principio y el fin; quiso decir: De mí han salido la materia y el espíritu; de mí ha salido la vida; y de mí sale quien vence a la muerte; pues vida y muerte son una sola cosa; con diferentes libres albedríos en expresarse; si no existiese la muerte en la evolución humana, estad seguros, que jamás en la eternidad, podríais entrar en el reino de los cielos; la muerte es despreciable; en los espíritus atrasados; en los que viven ilusionados en una sola filosofía; tal como lo viven los llamados ricos en la Tierra; todo rico cree que fuera de la posesión del oro, nada existe; este solo mezquino pensar, les cierra las puertas del reino de los cielos; no son honrados consigo mismos; no son honrados con la eternidad misma; que llevan por derecho propio, dentro de ellos mismos; la condenación o el premio lo lleva la criatura en sí misma; lo lleva en sus propias intenciones; en sus propias ideas que su libre albedrío creó a lo largo de la vida; la eternidad no está en la ciencia mundana; no está en las doctrinas pasajeras de los planetas; pues éstos también desaparecen del mundo material; la eternidad se lleva consigo mismo; sea sabio o ignorante; loco o incrédulo; bueno o malo; extraño o conocido; despreciable o no despreciable; rico o pobre; todos llevan la herencia galáctica dentro de sí mismos; la Tierra pasará, mas mis palabras no pasarán; pues ellas son universos vivientes, creadores de vidas vivientes; de la divina palabra salió todo cuanto existe y existirá; el divino Padre posee infinitas formas de crear; la de la palabra es una de ellas; la ley de la reproducción también es divino producto de la palabra viviente; todo lo que piensa salió de la palabra; y la divina palabra, es salida del divino libre albedrío del Eterno Padre; ¿De dónde salió el Padre? Se han preguntado y aún se preguntan millones de seres; el divino Padre es de toda eternidad; primero estuvo el Padre y después la eternidad universal; y esa eternidad universal no hubiese existido jamás, habrían otras eternidades; más la eternidad del Padre; esto quiere decir que toda eternidad posee libre albedrío; y que todo libre albedrío de toda eternidad, es subordinado al divino libre albedrío del Padre; va hacia el Padre; después de salir de Él; es un retorno omega; se vuelve transformado y con nueva jerarquía espiritual; el verdadero y único origen del divino Padre, no está donde todos pensaran y quisieran que esté; pues por mucho que se imagine no un planeta; sino que todo el universo, esa imaginación no es más que un microscópico puntito que desaparece ante el divino Padre; jamás la criatura universal podrá llegar al punto de origen del divino Padre; pues lo que tiene por delante es el camino que ya recorrió el divino Padre; que no cesa jamás de perfeccionarse; en otras perfecciones que escapan al entendimiento de las criaturas que pueblan el universo infinito; todos los mundos siguen sus propios senderos; según sus obras; es en medio del infinito del conocimiento, que todas las criaturas anhelan saber su propio origen; al primer tiempo de su evolución, solo adoran al Creador por intuición; pues el germen que salió de la palabra de Dios, empieza a brotar según fueron los deseos del Padre; todo deseo se constituye en destino; y todo destino es viviente; no existe la muerte en la eternidad del espíritu; solo se muere en filosofía vivida; y también se muere, cuando esa filosofía viviente con que se alimentó un espíritu, ha violado mi divina ley de amor; el alejarse de la luz, lleva al espíritu a la muerte de las tinieblas; las tinieblas existen; como existe la luz; todo existe en la creación del divino Padre; es tan infinita la divina creación, que la llamada fantasía se convierte en realidad; y toda realidad se convierte en vida; y toda vida, es una idea eternizada; y toda eternidad salió del Padre; la desigualdad en las ideas en las criaturas, se debe a sus propias determinaciones hechas en el reino de los cielos; antes de probar una determinada vida en los planetas, los espíritus prometen hacer tal o cual cosa; y todo le es concedido; mas, todos son ilustrados en sus propias determinaciones; se les muestra en enormes pantallas de televisión, todo el futuro de sus propios actos; sus consecuencias y sus yerros; sus glorias y sus pruebas; todo absolutamente todo lo han visto los seres de la Tierra; incluyendo a mis hijos primogénitos; que en la Tierra se conocen por animales; mas, en mi reino ellos son los primeros; escrito fue que los humildes son los primeros en el reino de los cielos; ¿Quién más humilde que un despreciado animalito; que es tan hijo como lo es el monito humano? En mi divina morada se les conoce por hijos; la palabra animal es desconocida; al crear el divino Padre, lo hace con amor; no con desprecio; quién desprecia a uno de mis humildes hijos, a Mí me desprecia; pues estoy en toda mente viviente; después que todo espíritu escogió su propio plan de vida, le es dado un olvido momentáneo; sin ese olvido la criatura no tendría mérito; pues en sus acciones no habría esfuerzo alguno; no avanzaría ninguna virtud; pues todo le sería dado al espíritu; sería no una prueba de vida; sino, un regalo de vida; serían todos unas criaturas cómodas; ignorantes del trabajo y el sacrificio; el más aterrador aburrimiento se posesionaría de todos los espíritus humanos; sería un aburrimiento, como el aburrimiento que experimentan los llamados ricos de la Tierra; cuyo aburrimiento es producto de una ilusión que rebasó el límite de la posesión; esta ilusión se llama ambición; y constituye la mayor ignorancia espiritual; puesto que es más fácil que entre un camello por el ojo de una aguja, que un rico en el reino de los cielos; estos espíritus atrasados, son los peores escollos que tienen que soportar los mundos en sus progresos; son los verdaderos demonios vivientes; pues mientras existan ricos, existirá dolor, lágrimas y sangre; se perpetuará la división del rebaño entre ricos y pobres; es un deber de todo hijo de la luz, combatir al demonio de la ambición; escrito fue: Que se cuide la izquierda, de lo que hace la derecha; esta divina advertencia fue anunciada al mundo hace ya muchos siglos; se refería a los tiempos modernos; ¿Acaso actualmente, no se le llama izquierda al pueblo explotado? ¿Y derecha al ambicioso; al inmoral llamado rico? Esta divina revelación causará maravilla al mundo espiritual; al mundo del conocimiento; al mundo que estudia mi divina palabra; al mundo agradecido; al mundo que intuye que las cosas no se hacen solas; al mundo que cree en un divino Creador de sus propias vidas; en igualdad de condiciones frente al olvido del pasado, un espíritu demuestra ser avanzado cuando es agradecido; el divino Creador no puede premiar a un ser pensante, que disfrutando de vida, le niegue; llorar y crujir de dientes tendrán todos los mal agradecidos; pues por más que se niegue al Padre, no podrán arrancarse el sentimiento que los hará llorar; pues todo sentimiento viviente salió del sentimiento supremo; salió de las divinas y sentimentales palabras del creador; cuando amorosamente dijo: Hágase la luz y la luz fue hecha; y cada uno empezó a vivir un presente; salido de un pasado galáctico; que espera el retorno de todo espíritu; lo de arriba es igual a lo de abajo; significa que tanto se piensa arriba como abajo; tanto se piensa en la Tierra, como se piensa en el reino de los cielos; la criatura piensa según su evolución; según sus intereses materiales; mas, dentro del pensar mundano, existe otro pensar; es el pensar sentimental; es el pensar con que se salió del reino de los cielos; y en ese pensar está el origen de su futuro; un futuro hijo que tiene por destino los infinitos planetas; este sentimiento es una electricidad; tal como lo es en el reino de los cielos; donde las grandes virtudes vivientes, son fuego solar; y el divino Padre Jehova es el divino fuego depurador; y todos son microscópicos fuegos pensantes; la mente humana posee un fósforo resplandeciente; es un sol en miniatura; en eterna expansión; en cada existencia vivida, la mente avanza o retrocede; todo es relativo y subordinado al libre albedrío viviente; todo depende del uso que haga el espíritu del espacio y tiempo pensante; los espíritus no son máquinas; aunque la estructura y el funcionamiento físico lo parezca; esta desigualdad que viene desde eternidades atrás, hace que las criaturas humanas no piensen iguales; existe si se quiere la cualidad y la calidad en toda idea; las ideas poseen libre albedrío propio; distinto al libre albedrío del espíritu; esto significa que entre las virtudes y el espíritu, existe alianza viviente; las divinas alianzas se inician en el lugar del espacio, de donde ha salido el espíritu; muchas moradas tiene el divino Padre; y toda morada es para habitarla; las moradas son los planetas; y los planetas a la vez son moradas subordinadas a los cielos; pues hasta la más microscópica molécula es viviente; y adquiere proporciones colosales en el reino de los cielos; del libre albedrío de las ideas, nacen futuros mundos; en eterna expansión filosófica; así es que cada uno es autor material de su propio cielo; este divino principio de la eternidad, ya fue anunciado al mundo; hace ya muchos siglos: Hay que ser chiquitito y humilde, para ser grande en el reino de los cielos; o los humildes son los primeros en el reino del Padre; ¿Y qué más chiquitito y humilde que una microscópica idea; que solo se siente y no se ve? Todo el universo tiene un solo principio: La idea viviente; cuando el divino Padre dijo: Hágase la luz y la luz fue hecha; esta divina voluntad salida del divino libre albedrío del Padre, fue una idea mental de jerarquía divina; que aún sigue creando mundos; es la fuerza expansiva del Padre; la insuperable; que habiendo salido en un divino arranque de alegría, propio de un niño, llenó de lumbreras el infinito; y no fue la única ni la primera vez; pues antes que esto sucediera, ya había sonreído el Padre; y ya había sembrado de nuevo de infinitas galaxias, su propia creación viviente; los mundos que crea el divino Padre, no tienen límites; escrito fue que Él es infinito dentro del infinito; alcanzar las gigantescas y aterradoras proporciones propias del Padre, ha sido la eterna meta de toda virtud viviente; es la eterna lucha entre la materia y el espíritu vivientes; y la lucha será eterna; cuyo producto es el perfeccionamiento de la criatura; que también es eterno; por lo tanto, del conocimiento viviente han salido todas las criaturas del universo; del conocimiento viviente salió el espíritu y la materia; ambas son la negación de toda nada; y la nada también es materia; cuya filosofía es la nada viviente; la nada es una idea sin filosofía; es un libre albedrío sin determinación; la nada es producto de la imperfección del espíritu; que habla de nada; sin penetrarla; la nada es un suspenso viviente; pero es tan real, como lo es la Tierra con todas sus filosofías; existen mundos más atrasados que la Tierra y cuyas filosofías son la nada; allí conviven los más grandes perezosos; que por propio libre albedrío, retardan su propio progreso espiritual; en la Tierra en todas las épocas han existido perezosos; con los cuales ningún mundo progresa; los perezosos pidieron en el reino de los cielos, probar la filosofía humana; y les fue concedido; pues todo espíritu es probado en sus propios pedidos; pedir es otorgar en el reino de los cielos; y todo otorgamiento se traduce en justicia divina; y toda justicia divina se traduce en un nuevo destino; el conocimiento compuesto por infinitas ideas, está constantemente modelando la futura existencia; es así que se es un propio constructor de sus propios cielos; cada uno se hace su propio cielo; divina parábola que estremecerá al mundo viviente; pues según el uso que se dio a la mente, así será el destino de cada uno; una idea sana de la más sublime moral, conduce a un futuro paraíso viviente; puesto que siendo la idea microscópica, es grande en el reino de los cielos; se convierte en un colosal planeta; y si la idea emanada por la criatura es mala, contraria a la moral de los divinos mandamientos, esa idea es un futuro infierno; y todo autor debe volver al sembrado de sus propias obras; debe volver al punto donde sus ideas están brotando; y en el cual se está gestando el nacimiento de un mundo; que llevará por toda eternidad la misma filosofía emanada por la idea; toda herencia se transmite; tanto arriba como abajo; en la materia y el espíritu; esta divina revelación hará que todo ser pensante, medite en sí mismo; pues su propio destino está en las propias ideas; que siendo inocentes se prestaron también para una prueba filosófica; y la inocencia hizo divina alianza con el espíritu; y ambas nacieron juntas en una vida planetaria; el espíritu y la materia y la inocencia forman el Alfa y la Omega de todo punto de partida de todo ser pensante; el divino Creador a todos los crea inocentes; es decir, carentes de toda ciencia; de todo conocimiento; de toda ilustración; mas, toda inocencia nace junto con su libre albedrío; el que posee a su vez, también su propia inocencia; cuando la criatura vive en estado de inocencia, vaga libremente en medio de colosales soles; de infinitas categorías solares; es decir, de infinitas filosofías o virtudes vivientes; solo la inocencia puede recorrer el universo infinito; quien no es alegre como un niño, es muy difícil que entre en el reino de los cielos; la inocencia y la alegría son compañeras inseparables; la inocencia nace sonriendo; y todo el universo nació inocente; no existe excepción alguna; ni existirá; es por eso que fue escrito: Dejad que los niños vengan a mí; porque de ellos es el reino de los cielos; quiere decir que el mundo del futuro será de niños con inteligencia asombrosa; producto divino de la resurrección de toda carne; todo anciano y toda anciana de vidas humildes, serán rejuvenecidos a niños de doce años; y quiere decir que de todas las filosofías que el hombre se ha dado para gobernarse, ninguna queda; porque todas fueron probadas; escrito fue que todo espíritu es probado; y toda prueba es juzgada; lo de arriba es igual a lo de abajo; toda filosofía que antes de crearse, que no fue meditada según mis divinos mandamientos, de raíz serán arrancadas; la evolución humana prosigue; sin la presencia de los demonios violadores; el llorar y crujir de dientes traerá consigo la caída de un mundo y sus costumbres; así como en el pasado de la Tierra, la ley mosaica trajo un cambio en la espiritualidad de esa época bárbara y la siguió el cristianismo con sus nuevas transformaciones en el pensar humano; la tercera doctrina, es la Ciencia Celeste; Doctrina del Cordero de Dios; la humildad viviente aplastará a toda filosofía de fuerza; la fuerza no debería estar ya en la Tierra; tuvo sus épocas; desde el mismo momento en que la criatura humana conoció mis divinos mandamientos, no debió cultivar ni probar filosofías de fuerza; pues la fuerza no está en la moral viviente de mi divina palabra; la llamada fuerza debe transformarse en fuerza creadora; y no en destructora; en el reino de los cielos, la fuerza no es como en la Tierra; la fuerza celestial es demostrativa y se traduce en poder de crear; un mínimo gesto basta para hacer nacer un colosal planeta; las virtudes vivientes se reconocen con demostraciones creadoras; solo el Padre Jehova es insuperable; no se conoce en la historia viviente universal otro poder mayor, para crear; de preferencia, el divino Padre hace uso de su divina palabra para crear; es así que desde el instante en que dijo: Hágase la luz y la luz fue hecha, sus divinas palabras vivientes aún siguen creando mundos y soles; y seguirán por siempre jamás; las colosales lumbreras solares, aún siguen creando microscópicas chispitas; que darán origen a futuros y grandes planetas; siendo la ley del Señor universal, hasta los colosales soles cumplen con su divino mandato: Hay que ser chiquitito y humilde, para ser grande en el reino de los cielos; hay que ser microscópica y humilde chispita, para ser un gran planeta en el infinito; planetas, soles y espíritus, cumplen la misma ley; todos sin excepción alguna fueron chiquititos; todos fueron microbios; que en relación al infinito mismo, son seres que no se ven; ningún planeta o sol es excepción; nadie es más grande, sino el Padre; todos fueron creados por Él; todos vuelven a Él; y por Él son lo que son; y el divino Padre les dice a las divinas virtudes: Soy el que Soy; Soy, lo que vosotros sois; y seré lo que vosotros seréis; quiere decir que todo el futuro del universo, tanto de la materia como del espíritu; ya fue vivido por el Padre; en una cantidad de tiempo tal, como cada mente lo puede imaginar; la experiencia perfecta es aquella, la de haber vivido y sentido, lo que los seres aún no han vivido y sentido; en todo hay un primero; y entre el primero de la creación universal y el divino Padre, existe el primero entre los primeros; solo que no existiría primero alguno; si la divina voluntad del Padre no lo quisiese; en lo divino desaparece el primero; pues el divino Creador es único; lo primero existe para las infinitas evoluciones planetarias de la carne; sistema de vida muy primitivo; pero necesario para llegar a la perfección; lo primero es relativo por toda la eternidad; y también lo es en cada individualidad; pues si todos tienen forma humana, la jerarquía de sus espíritus es distinta; porque las experiencias vividas en otros mundos, no han sido iguales; cada uno es el punto de partida de diferentes universos vivientes.-
Alfa y Omega.-